Durante muchos años, mi relación con la comida estuvo marcada por la culpa.
A los 11 años empecé a verme “gorda” y con eso llegaron las dietas, las restricciones, el miedo a engordar y la báscula como juez diario. Me pesaba varias veces al día, buscando una seguridad que nunca encontraba. Vivía atrapada entre el deseo de control y la frustración constante.
Pasé años creyendo que para estar bien tenía que seguir reglas estrictas, evitar alimentos “malos” y alcanzar un cuerpo “correcto”. Pero cuanto más lo intentaba, más lejos me sentía de mí misma. Comer dejó de ser un acto natural y se convirtió en una fuente de ansiedad.
El cambio no fue de un día para otro. Pero llegó un momento en el que me cansé. Me cansé de vivir con miedo a la comida, de sentirme insuficiente, de contar calorías en vez de disfrutar los momentos.
Y entonces decidí empezar a cuidarme de verdad.
Fue ahí cuando descubrí que otra forma de alimentarse sí es posible. Una forma en la que no hay listas de prohibidos, ni obsesión, ni presión constante por hacerlo todo perfecto. Aprendí a escucharme, a entender mi cuerpo, y a soltar la exigencia.
Ese fue el principio de Nutrividaesmedeus, un proyecto que nace de mi historia y de mi deseo profundo de acompañar a otras mujeres y familias que, como yo, quieren salir del ciclo de las dietas y empezar a cuidarse desde un lugar más amable, realista y sostenible.
Hoy estudio Dietética y nutrición deportiva y me he especializado en nutrición infantil. Pero, sobre todo, sigo aprendiendo cada día de la vida real: la de las madres, las mujeres y las familias que hacen lo que pueden, que no quieren más reglas, sino soluciones que les encajen.
No se trata de hacerlo perfecto.
Se trata de hacerlo posible.
Con respeto, con equilibrio y con amor.
Gracias por estar aquí. Este es solo el comienzo.
Esmeralda Deusdat
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